¿PIRAMIDES EN EUROPA?
Un equipo de arqueólogosha mostrado las primeras imágenes de una de las presuntas pirámides halladas en Bosnia. De tratarse de formaciones artificiales, los estudiosos tendrían que replantearse el pasado. Una de ellas, la pirámide del Sol, mediría más de 220 metros y sería mayor que la Gran Pirámide de Egipto…
Como es habitual, tras la primera sorpresa ante el anuncio, las posiciones se polarizaron en el mundo científico. Los escépticos criticaron abiertamente al descubridor de la presunta pirámide, el norteamericano de origen bosnio Semir Osmanagic. Dijeron que era “imposible” que en aquellas tierras hubieran existido hombres capaces de construir pirámides hace 12.000 años. Además, recordaron que Osmanagic ya había trabajado en las pirámides mayas y aztecas, de cuya construcción había hecho responsables a los supervivientes de la Atlántida. Algo que, en opinión de los escépticos, le desacreditaba de raíz.
Lo cierto es que el intrépido Osmanagic sí había dedicado un año al estudio del mundo maya, tiempo durante el cual visitó medio centenar de enclaves arqueológicos en México, El Salvador, Guatemala y Honduras. Después, dedicó otro año de investigación a la cultura de los assays, en el sur de los Estados Unidos, y otro a los incas de Perú. Al final empleó otro año de investigaciones en las ciudades de la era preIliriana en las zonas balcánicas de Dalmacia y Herzegovina. Allí, además de interesarse por las gigantescas esferas de piedra del valle del río Bosnia, Osmanagic se quedó impresionado ante la simétrica forma de las montañas de Visoko y Pljesevica. “Aunque ambas, la de Visoko y la de Pljesevica, estaban cubiertas por árboles, las características piramidales eran evidentes. Después de calcular la correspondencia de sus lados con los cuatro puntos cardinales, para mí no había duda de que eran pirámides”, dijo Osmanagic. “La ruta desde una hipótesis increíble a la argumentación científica, que confirmara mi visión, era lógica”.
En agosto de 2005, Osmanagic comenzó las excavaciones. Pronto aparecerían las primeras anomalías en las laderas del monte. Y éstas indicaban que había indicios de artificialidad en la “montaña”. Dos meses después prosiguió con los trabajos sobre el terreno, gracias a los cuales brotaron, bajo la maleza y la tierra, estructuras de piedra que parecían apuntar al diseño de una pirámide. “A los ojos de un experto, no había duda: los grandes bloques de piedra, a la manera de baldosas, creaban una pirámide escalonada de 220 metros de altura y la piedra tallada en la base podría ser, en tiempo, una plataforma de acceso”, aseguró.
Escépticos Vs. heterodoxos
Como es habitual, tras la primera sorpresa ante el anuncio, las posiciones se polarizaron en el mundo científico. Los escépticos criticaron abiertamente al descubridor de la presunta pirámide, el norteamericano de origen bosnio Semir Osmanagic. Dijeron que era “imposible” que en aquellas tierras hubieran existido hombres capaces de construir pirámides hace 12.000 años. Además, recordaron que Osmanagic ya había trabajado en las pirámides mayas y aztecas, de cuya construcción había hecho responsables a los supervivientes de la Atlántida. Algo que, en opinión de los escépticos, le desacreditaba de raíz.
Lo cierto es que el intrépido Osmanagic sí había dedicado un año al estudio del mundo maya, tiempo durante el cual visitó medio centenar de enclaves arqueológicos en México, El Salvador, Guatemala y Honduras. Después, dedicó otro año de investigación a la cultura de los assays, en el sur de los Estados Unidos, y otro a los incas de Perú. Al final empleó otro año de investigaciones en las ciudades de la era preIliriana en las zonas balcánicas de Dalmacia y Herzegovina. Allí, además de interesarse por las gigantescas esferas de piedra del valle del río Bosnia, Osmanagic se quedó impresionado ante la simétrica forma de las montañas de Visoko y Pljesevica. “Aunque ambas, la de Visoko y la de Pljesevica, estaban cubiertas por árboles, las características piramidales eran evidentes. Después de calcular la correspondencia de sus lados con los cuatro puntos cardinales, para mí no había duda de que eran pirámides”, dijo Osmanagic. “La ruta desde una hipótesis increíble a la argumentación científica, que confirmara mi visión, era lógica”.
En agosto de 2005, Osmanagic comenzó las excavaciones. Pronto aparecerían las primeras anomalías en las laderas del monte. Y éstas indicaban que había indicios de artificialidad en la “montaña”. Dos meses después prosiguió con los trabajos sobre el terreno, gracias a los cuales brotaron, bajo la maleza y la tierra, estructuras de piedra que parecían apuntar al diseño de una pirámide. “A los ojos de un experto, no había duda: los grandes bloques de piedra, a la manera de baldosas, creaban una pirámide escalonada de 220 metros de altura y la piedra tallada en la base podría ser, en tiempo, una plataforma de acceso”, aseguró.
Escépticos Vs. heterodoxos
Los escépticos afilaron armas. El presidente de la Asociación de Arqueólogos Europeos afirmó en abril de este mismo año que había visitado la colina “sin encontrar evidencias de que hubiera participado el ser humano”. En una conferencia de prensa en Sarajevo, Anthony Harding dijo a los reporteros que la apariencia piramidal de la montaña era un fenómeno natural: “Mi opinión y la de mis colegas es que lo que vimos era algo enteramente natural y de origen geológico. Más trabajo en el mismo sentido sólo va a producir los mismos resultados”.
Mark Rose, editor de la revista Arqueology, llegó incluso a sugerir que se impidera proseguir las excavaciones al descubridor, porque se podrían dañar otros restos arqueológicos de origen medieval: “Hay una protesta pública dentro de Bosnia y una petición online para cerrar el proyecto de Osmanagic, pero aparentemente tiene partidarios dentro del gobierno federal y el gobierno de la ciudad de Sarajevo. Si se le permite continuar o no, aún no está resuelto por ahora, y su página web no hace mención a ninguna controversia. E incluso cuando los medios se den cuenta que la pirámide Bosnia no es tal cosa, ésta ya habrá entrado en los anales de la arqueología fantástica y tendrá una multitud de creyentes y defensores debido a las corrientes de opinión que ya se han generado”.
Curtis Runnels, investigador norteamericano especialista en prehistoria balcánica y editor de la revista Arqueología de campo, se unió a los escépticos: “Osmanagic no ofrece pruebas físicas de lo que propone. Ese área estaba ocupada por cazadores con una tecnología de la edad de piedra que sólo les permitía construir tiendas, hacer fuego y fabricar armas de caza como flechas y arcos”. Frente a esta posición, Osmanagic respondió que lo que ocurría era que estaban celosos de sus descubrimientos: “Esta gente se está volviendo loca porque están enseñando a los alumnos que los antiguos bosnios eran hombres de las cavernas y, de repente, se encuentran con que aquí existían estructuras muy complejas”.
Así las cosas, las autoridades decidieron dar luz verde a las excavaciones en Visoko, localidad situada a 30 kilómetros de Sarajevo. Y, según sus responsables, las primeras pruebas de la existencia de una pirámide no han tardado en aparecer. A los pocos días del inicio de los trabajos, el equipo dirigido por Osmanagic encontró grandes losas de piedra enterradas y unos pasadizos que podían ejercer como canales de ventilación. Paralelamente, en las catacumbas de la pirámide de la Luna, aparecieron unas inscripciones de lo que podríar ser “grafismos de un antiguo alfabeto”.
Cuando comenzaron a aparecer las piedras talladas bajo la montaña, el propio Harding tuvo que dar un paso atrás: “Claramente existen huecos o algo similar en la roca, pero de ahí a decir que fueron pirámides hechas por el hombre va un largo trecho”. En su cabeza, y en la de la mayoría de los arqueólogos, no encaja que, hace 12.000 años, unos seres humanos pudieran haber construido edificios como esos. “En esa época, Europa se encontraba en el Paleolítico Superior y nadie estaba construyendo nada que no fuesen simples cabañas”, setenció el investigador.
Algunos de los arqueólogos “ortodoxos” han comenzado a modificar su postura inicial y sugieren que las estructuras halladas fueron creadas por gente de las cavernas del Neolítico. El problema es que la tecnología de aquella época no permitía trasladar pesos de esas características… Y es que estamos hablando de bloques de piedra de entre cinco y treinta toneladas.
Las autoridades creen que son reales
Las noticias se suceden. La batalla sigue abierta entre los científicos. Habría que recordar que cuando hace más de un siglo se descubrió la pirámide de Chitchén-Itzá en México, en apariencia también era una montaña. Fue después, tras la limpieza de la maleza, cuando apareció la extraordinaria formación que hoy es un símbolo de la cultura maya.
Osmanagic suma y sigue –ver entrevista– ya que ahora afirma que no es sólo una, sino cinco las pirámides que existen en el área. Ya les ha dado nombre: la pirámide del Sol, la de la Luna, la del Dragón, la del Amor y una quinta a la que todavía no ha bautizado. Los arqueólogos profesionales y voluntarios no paran de llegar a Visoko para ayudar en las tareas. La fundación arqueológica “Pirámide del Sol bosnia” está invitando a los expertos en geología a unirse con otros estudiosos para formar parte de estos trabajos de descubrimiento. Diferentes investigadores ya lo han hecho. Es el caso de Mirko Babiç, director del Museo de Semberija y del profesor Lovrenovic de Croatia. Eso sí, en lo que muchos coinciden es que, lejos de formaciones como las egipcias, erigidas desde el suelo, los constructores de las que aquí nos ocupan habrían aprovechado la estructura del propio monte como molde para levantar la pirámide.
A finales del mes de junio, varios arqueólogos egipcios confirmaron la existencia de una pirámide en Visoko y otra en Pljesevica. El geólogo egipcio Barakat afirmó que “para mí, como científico y geólogo, no hay ninguna duda de que es una construcción humana. Creo que los humanos cortaron y trabajaron estos bloques de piedra y los trajeron aquí, a una colina, para darle forma de pirámide”.
Otra especialista, la arqueóloga egipcia El Hadidi también piensa de igual modo. Aunque de momento era incapaz de datarla, considera que es necesario llevar a cabo una mayor investigación. “Es imposible que la naturaleza haya creado ángulos como estos. Hay mucha tarea que realizar si queremos desentrañar los secretos del valle”. Cuando se logre, sólo entonces sabremos si estamos ante verdaderas pirámides, ante montículos aprovechados por viejas culturas para sus construcciones o ante la exageración de los arqueólogos bosnios.
http://www.akasico.com/noticia/649/Historia-ignorada/piramides-europa.html
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