A principios del siglo XX, la Academia de las Ciencias austriaca fue la primera en concebir un archivo específicamente orientado a la preservación y el estudio, pensado para las necesidades de disciplinas como la antropología, la musicología y la lingüística. Con el mismo propósito se crearon poco después instituciones similares en Berlín, París y Londres y, en 1930, el Archivo de Canción Folk de la Librería del Congreso de Estados Unidos. Instituciones todas ellas de unas indudables pretensiones humanistas que, sin embargo, como bien subraya Sterne, no dejan de formar parte de un engranaje sociopolítico que esconde una gran paradoja: “Las colecciones de cilindros representan fragmentos culturales sistematizados y preservados por un conjunto de instituciones, al tiempo que otro conjunto destruía la cultura de la cual se tomaban los fragmentos” (2003: 332).
Sterne, Jonathan (2003). The Audible Past: Cultural Origins of Sound Reproduction. Durham & London: Duke University Press.
Comentarios