LA HISTORIA DEL ARROZ CON LECHE
Si bien el tocinillo de cielo, hoy tradicional postre asturiano, es un plato de claro origen jerezano (se hacía para aprovechar las yemas que sobraban del proceso de clarificación de los vinos finos, y las monjas, receptoras del alimenticio excedente, elaboraban dulces que luego vendían a los parroquianos), elarroz con lechequizás sea el postre mas genuinamente autóctono de nuestra tierra, y desde hace muchos siglos, ya que los mas antiguos recetarios españoles, cuando referencian el arroz, siempre lo presentan guisado con leche.
Pero los tiempos cambian, y por eso quizás sea oportuno reflexionar sobre algunas variaciones de este nutritivo postre.
No me gusta citar recetas antiguas, porque generalmente no son fiables, en primer lugar porque todos esos libros son cortesanos y no populares, y en segundo porque no suelen tener mas de tres o cuatro siglos, tiempos en los que nuestra cocina no se destacaba precísamente por su brillantez, delicadeza ni buenas formas (últimamente se está hablando mucho de ciertos libros de la España mozárabe, de la cocina de Al Andalus, que parece ser se mantuvieron ocultos durante siglos por miedo a la represión clerical, y que según algunos expertos se están traduciendo y pronto saldrán a la luz).
Así pues, dejando en la biblioteca a Montiño, Diego Granados, y Ruperto de Nola, y como pura especulación, creo que en la historia asturiana del arroz con leche, se pueden distinguir tres etapas:
1.Con miel. Cuando todavía no se había inventado el azúcar, y por tanto se hacía con miel (la tecnología del azúcar de caña llegó a España hacia el siglo IX, pero no se difundió por Europa hasta las cruzadas del XII, por lo que en Asturias es probable que no se consumiera hasta el XIII).
2.Con azúcar de caña. Hasta finales del XIX no existió el azúcar blanca, ya que si bien la primera refinería de remolacha la abrió Napoleón en 1813, España defendió el negocio de sus plantaciones e ingenios de ultramar hasta finales de siglo
3.Y por último, tal y como lo conocemos hoy dìa, o sea, con azúcar blanca y requemau
«¡Vaya paliza que nos está metiendo hoy el amigo Pepe, dice un lector bajito que pasaba por ahí. Como se nos ponga pedante como quien yo me sé, lo va a leer su padre.»
Y sí, tiene razón, pero hay una explicación para toda esta erudición de poca monta, y es que hace unos días probé lo que puede ser una nueva generación de arroz con leche, la copa de tres densidades que hace Luis Alberto en su restaurante casa Fermín de Oviedo.
¡Que cosa más divina!
No voy a darles la receta, ni tan siquiera a describirles el plato, porque no es esta la sección correspondiente, simplemente hacer una nueva referencia al brillante momento por el que está atravesando la restauración asturiana, con jóvenes cocineros que investigan nuevas formas para recuperar las más antiguas tradiciones, y ofrecer así una nueva cocina, con sabores y aromas de la vieja y buena mesa asturiana
¿Quién se ha molestado en hacer un arroz con leche como el que se hacía en los siglos de auge del Camino de Santiago, o sea, endulzado con miel? (el 99 es el último Año Santo del milenio) o ¿quién lo ha probado como era tradicional antes de la perdida de Cuba, o sea, con azúcar de caña? Pues eso.
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