LOS MALES DEL AMOR TIENEN NOMBRES.

Marc Chagall, Amantes con claro de luna (1938)

  Tomado de https://classicgrandtour.com/2013/11/03/mal-de-amores/y adaptado por Rómulo Carlos Paz Ríos.
 
 
En las relaciones amorosas disfrutan los psicólogos definiendo a los amantes con los trastornos mentales de los que son víctimas. La obsesión por etiquetar estas dolencias ha dado fértiles resultados en este ELENCO DE PALABRAS RARAS que clasifican a los enamorados que no son capaces de llevar una relación sana y natural.
   En el fondo, no son más que palabras, y como tales, solo nos ayudan a entendernos. Los poetas describen a los amantes mejor, pero a veces nos gusta jugar con la lengua y organizar los sentimientos. Dándoles un nombre, a ser posible de origen grecolatino, parece que se explican más científicamente.
  Los especialistas hablan de LIMERENCIA, mal de amores, enfermedad del amor. Procede del inglés LIMERENCE, encaprichamiento, porque el enamorado ha perdido la brújula y presenta síntomas psicosomáticos que le acercan al trastornado. Es el exponente del AMOR ROMÁNTICO.
Marc Chagall, Amantes con claro de luna (1938)
  • Puede suceder que las estaciones del año, los cambios de luz y la metamorfosis del paisaje influyan en el ánimo del amante romántico. Padecerá de VERNOREXIA si no hace más que ver el clima primaveral como el escenario romántico ideal. Si prefiere el otoño, padecerá entonces AUTUMNOREXIA. Si cae presa de la melancolía con el invierno, entonces deberá tratarse de HIBERNOREXIA, y si el verano no hace más que hacerle llorar, entonces le diagnosticarán AESTATOREXIA.

  • El enamorado distorsiona la realidad con demasiada frecuencia, ve visiones. El epítome del enamorado es el ser que ve al objeto de su deseo como un dechado de perfección. Padece entonces CALOPSIA, sufre la ilusión de que las cosas son más bellas de lo que son en realidad para los demás, que aún conservan la objetividad. Llegará incluso a establecer una medida nueva, la MILEHELENA, unidad de belleza femenina inventada por él correspondiente a la cantidad de hermosura que es necesaria para lanzar 1000 naves al mar. El amante seguro que ha leído a Homero.
canovaAntonio Canova, Helena de Troya
  • Puede llegar al trastorno verdadero si cualquier estímulo le hace caer en el delirio más estúpido, como por ejemplo ver figuras en las nubes. Este fenómeno se llama PARIDOLIA, percibir lo que no es, distorsionar la realidad. Si además, vive en las nubes, es una NEFELELIBATA. A veces no podrá ni entender lo que le pasa, no comprenderá ni siquiera el universo que le rodea, caerá en un estado de ACATALEPSIA. Algunos amantes sufren déficit de atención en su vida cotidiana, precisamente porque no dejan de prestar atención al objeto de sus deseos, es la PARAPROSEXIA.
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  • Entre sus parafilias estarán trastornos como la BASOREXIA, deseo incontrolable de besar a alguien; también puede soñar con mordiscos, morder o ser mordido, padeciendo ODAXELAGNIA. Si sueña constantemente con desnudar al amante y no ve más que ropa cayendo y solo es capaz de ser feliz descubriendo a su amante como mamá le trajo al mundo, padecerá APODYPOSIS.
Jessica Stam photographed by Richard Burbridge for i-D magazine, September 2004.
  • Puede refugiarse en su mar interior, en un intento desesperado de huir de la realidad, entregándose al oficio de leer, de modo compulsivo también, pasando a ser un BIBLIOBÚLICO. Algunos amantes optan por meterse en la cama y no querer levantarse, es la CLINOMANÍA. Si sufren de pánico, querrán huir a la carrera, y el psicólogo pondrá en su informe que padece DRAPETOMANÍA. Otros se pasarán al lado oscuro y presentarán una alegría exacerbada ridícula, una verdadera perturbación mental, la HABROMANÍA.
Lisa Larsen - Syracuse University, 1949Lisa Larsen – Syracuse University, 1949
  • El amante se recreará en los detalles de la relación: aquella mirada, aquel instante, cuándo le habló por primera vez……redactará un BIOGRAFEMA, con todos los detalles insignificantes, que para los demás carecen de sentido, pero a los que él se aferra desesperadamente, a falta de datos contundentes.
Robert Peake the Elder, Lady Anne Pope (details), 1615.
  • Puede suceder que el enamoramiento y la atracción sexual surjan por la rendida admiración de la inteligencia, el bagaje cultural o el “mundo” de la persona amada. El amante está embobado y fascinado por los conocimientos del objeto de su pasión, es un SAPIOSEXUAL.
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  • El amante puede ser presa del miedo, tener pánico por la seducción y por el juego amoroso. Ama de lejos, o bien opta por la sinceridad más descarnada, haciendo fracasar cualquier posibilidad de acercamiento y compromentiendo el éxito de su misión. Padece entonces MALAXOFOBIA, miedo a amar.
Illustration by Vince Pezzaniti 
Illustration by Vince Pezzaniti
  • Otro trastorno frecuente que arruina el posible éxito es la ALEXITIMIA, o imposibilidad de verbalizar afectos o expresar las emociones con palabras, una tara que molesta con frecuencia a los amantes del sexo femenino, que disfrutan con un amor lleno de palabras.
  •  Es víctima de la CÍNESIS, de la agitación del alma, de la mudanza de sentimientos. Puede caer en la compulsión, repitiendo hasta la extenuación movimientos, entrenándose hasta caer rendido, practicando la PALINOIA, recurrentemente, sin parar.

  • Uno de los miedos más habituales en los amantes es la ATAZAGORAFOBIA, el miedo a ser olvidado o ignorado. Puede resultar un ser valiente y pasar a la acción, volviéndose insoportable, pesado e incómodo, o bien caer en la más absoluta depresión, viéndose a sí mismo como víctima o mártir de una causa imposible.
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     LA MEDICINA CONTRA ESTAS FOBIAS es el NEPENTE, un elixir mágico que hace desaparecer el dolor, ayudando a olvidar la tristeza y el sufrimiento amorosos. Esta es la droga que utilizó la bella Helena.
“Echó en el vino que estaban bebiendo una droga contra el llanto y la cólera, que hacía olvidar todos los males. Quien la tomara, después de mezclarla en la cratera, no logrará que en todo el día le caiga una sola lágrima en las mejillas, aunque con sus propios ojos vea morir a su madre y a su padre o degollar con el bronce a su hermano o a su mismo hijo.”

    Si el NEPENTE funciona, entonces el sufriente llegará a un estado de ATARAXIA y de SOFROSINE relacionado con su patología, la ANAGAPESIS: ha conseguido no sentir ya nada por aquel a quien amó. Ha llegado la felicidad y la tranquilidad a su espíritu y a su maltrecho corazón.

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