CELOPATIA

San Agustín , filósofo y obispo católico decía "El que no tiene celos no está enamorado". Las ideas de celos, los celos son muy fáciles de encontrar en personas que tienen una “personalidad psicopática” _Schneider1962_


William Shakespeare en “Otelo” los celos son el tema fundamental de la obra, y en la cual el autor de la obra puede mostrar en el desarrollo de la misma el origen, intensidad y consecuencias de los mismos y de un modo tan magistral que luego de ésta obra se habla del “síndrome de Otelo” para describir la celotipia, o celo patológico.

W. Shakespeare: "Una nada, un soplo, una ligera sombra como el agua; ante los ojos del celoso, todo, todo se convierte en una prueba tan fuerte como es la palabra del Evangelio".

Karl Jaspers
en “Delirio Celotípico” muestra 4 formas dentro de lo que son las ideas de celos:

1 - Celos Psicológicamente Normales.
2- Celos Morbosos. - Sistema celotípico, con ideas de desarrollo lento o rápido, pero estable, con demostraciones que se mantienen durante años, que apenas si suelen olvidarse y que tienden a aumentarse. Es la celotipia morbosa no sistematizada, con conservación de la autocrítica.
3- Celos Deliroides - Ideas de celos cambiantes que se incrementan por doquier, se olvidan y vuelven a estructurarse. Es la celotipia psicológica.
4- Delirio Celotípico (Celotipia delirante o deliroide: existe certeza de la infidelidad, no hay autocrítica)

J.C. Romi dice sobre los celos:"El celo es un estado psíquico por el cual se teme perder un bien que se tiene o que se cree o aspira a tener”

Esta diferenciación radica en que no hay dificultad, no hay problema, en el hecho de sentir los celos, sino que la problemática está determinada por la intensidad de los celos, es decir si éstos son justificados, y además en el modo en que éstos afectan a su vida en su diario vivir, en su interrelación con aquella persona hacia la cual se siente celos.

La gravedad de la celotipia, de los celos cuando son vivenciados con tal magnitud que hasta puede ser la causa de violencia hacia la persona que se cela, y que en casos extremos nos podemos encontrar que puede llevar a cometer asesinato con esa persona que cela y a la cual el celotípico no puede controlar.

En esos celos pueden darse dos tipos: los celos compuestos por pensamientos buenos y los celos compuestos por pensamientos malos. Los dos tienen un fundamento y es el concepto equivocado de que se tiene derecho sobre el otro, sobre ese ser que se ama. Fundamentalmente los celos están enfocados hacia lo relacionado con la vivencia sexual de ese ser amado.

El celo forma parte de ese sentimiento de amor mutuo que se brindan dos seres que se aman, y que si es sentido dentro de un margen lógico o “normal” no pasa más allá de un juego entre esas dos personas, que ambos incentivan, se complacen mutuamente por ellos, alimentan su autoestima y ego personal, sienten orgullo por el otro y por estar junto a tal persona, y lleva a tener atenciones hacia ese otro y recibirlas de ese ser amado; todas éstas actitudes mutuas no hacen sino fundar y poder halagarse mutuamente, creciendo así en esa relación de pareja.

Se dice que los celos ya sean justificados o no cualquiera los puede sentir, pero no todos reaccionan ante ellos de la misma manera.

El sentir celos tiene una relación directa con el modo de ser, la personalidad, la seguridad, la autoestima de quien los siente. Una persona que se siente segura de sí, que siente que merece a esa persona con la cual está, que siente seguridad en la relación, confianza, cuando sienta que aparezcan los celos acechando la relación, va a reaccionar anteponiéndole la “diosa razón” y cotejando todos aquellos elementos de los cuales se puede valer y que lee de la realidad, cotejando todos éstos elementos puede discriminar cuándo éstos son realmente justificados, y cuándo han aparecido porque en ese preciso momento de su vida ha tenido una disminución en su autovalía, o en su autoconfianza o similar; discrimina esto, lo habla con su pareja o no pero en poco tiempo siente que sus celos ya no están o no les da importancia.

Ahora otro tipo de personalidad apasionada, visceral, también insegura, o por ejemplo una personalidad obsesiva, o psicopática, o con un alto grado de inseguridad, falta de autoestima, falta de amor a sí mismo; alguien que siente que aquel a quien tiene a su lado no le merece su confianza, pero no puede discriminar que ésta no la siente, no porque la persona amada haga algo o tenga una conducta para desconfiar, sino que es el celotípico quien elabora, elucubra todos los pensamientos de celos, y dentro de su propia fantasía productiva, los hace crecer, les da vida, desarrolla todos los argumentos posibles, e indudablemente éstos luego son tomados por una realidad que sí cree y que antepone ante las respuestas del amado/a cuando llevado por la pasión de sus celos comienza a inquirir, preguntar y exteriorizarlos de todas las formas posibles justificándose en su verdad por sí mismo creada, descartando toda respuesta posible dada por su amado, y considerando que éstas son una prueba más de la infidelidad.

Porque se debe tener en cuenta que los celos no son una enfermedad, son una emoción, (del latín emovere: que significa mover, remover, turbación del ánimo). Ésta emoción puede transformarse en una intensidad tal que terminan en una obsesión, que ocupa toda la vida, pensamientos, y fantasías de quien lo padece: y como terapeutas lo que debemos tener en cuenta ya sea cuando recibimos a una persona sobre la cual se manifiestan éstos celos, o quien los padece que al ser una emoción, si ésta persona que las vive tiene una conducta psicopática, al ser el celo producto del sentimiento hacia la persona “amada” y quien siente éste tipo de amor siente que tiene posesión sobre el amado, y exclusividad sobre él. Entonces los celos son y se muestran como un control que se manifiesta sobre la persona amada a la cual se cela, y están fundados en el temor irracional a perderla; y como ya dijimos al margen de estar justificados o no, pues quien cela en forma patológica generalmente tiene una personalidad dependiente, insegura, con baja autoestima y carente amor hacia sí mismo.

Debemos también tener presente que el celo no sólo es hacia el hombre o la mujer amadas, también se da en una relación entre hermanos, es muy común el celo del niño ante la llegada de un nuevo hermanito, y éste a veces puede llegar hasta la adultez y durar toda la vida (la Biblia nos habla de esto) y así como en los relatos bíblicos se da en la realidad que éstos celos o rivalidad entre hermanos han llevado en ocasiones a la muerte ocasionada por uno de ellos.-

Se da esto en la manifestación de los celos entre las personas y sus relaciones, porque quien cela está manifestando un “derecho de Propiedad” sobre el otro, o sobre la cosa que posee el otro, tal es así que pueda darse también en las relaciones profesionales, laborales, de amistad, y en toda posible relación que exista.

Por supuesto que quienes vienen fundamentalmente a la consulta, o donde se toma como inconveniente y que hace dificultosa la relación el celar, es aparte de la situación de los niños, cuando éstos manifiestan en conductas muy evidentes los celos hacia los hermanos que hacen que los padres se alerten y consulten cuando por su acción no pueden revertir las consecuencias indeseadas en la conducta celosa del niño y ahí piden la intervención del psicólogo; es en los celos que se dan en la pareja, y cuando éstos ya comienzan a hacer mella en la misma y es evidente que porque su manifestación causa sufrimiento a quien lo padece.

Esto se manifiesta y como dije previamente porque el celoso cree y exige que su pareja responda a lo que él dice y exige pues se considera con derecho a ello, derechos sobre la persona amada, que en primer lugar se manifiestan sobre su exclusividad sexual, y afectiva manifestándolo y exigiéndolo de un modo, de una manera que va mucho más que un contrato de amor y fidelidad mutua y recíproca, sino que al sentir el celotípico que su amor le pertenece cual un objeto que es suyo, exige sobre su amado/a que no haga uso de su libertad, limita su accionar, siempre hace requerimientos y constantes preguntas respecto a su actividad, hacia donde fue y con quien estuvo, permanentemente controla a su amado/a, no aceptando las respuestas y siempre sospechando y juzgando las mismas haciendo hincapié y dando por hecho la infidelidad generalmente.

Indudablemente que cuando la pareja llega a éste punto, la vida es una desdicha compartida en donde ninguno de los dos es feliz y donde indudablemente la pareja y su experiencia de vida se detienen en un punto en donde no es posible crecer como pareja, ni proyectarse hacia el futuro.

El celotípico fantasea que su amado/a le es infiel, y termina creyendo sus propias fantasías, de modo que cuando pregunta y su pareja le responde coteja éstas respuestas con lo que ha elucubrado fantasiosamente y termina ganando siempre lo que le responde su fantasía, su creación de pensamiento.

Éste estado de cosas, éste infierno vivido por la pareja del/a celotípico, no sólo la vivencia éste sino también el enfermo de celos, el celotípico.

En mi práctica clínica en los distintos pacientes que con ésta problemática han venido a tratamiento he encontrado que el origen de la patología se puede deber a distintos factores tales como personas sumamente inseguras, o que han sufrido abandono o pérdidas cuando niños, personas muy egocéntricos, narcisistas, sujetos con rasgos paranoicos, y un largo etc.

Lo importante es tener en cuenta que siempre que se haga tratamiento psicológico, psicoterapia, el celotípico va a encontrar en la ayuda terapéutica una mejora en su vida de relación, en su conducta y en el modo de modificar aquellos aspectos de su psiquis, de su personalidad que lo llevan a sentir los celos enfermizos que lo transforman en un celotípico y que le impiden llevar una vida armónica, y equilibrada para así proyectarse en la vida viviéndola a ésta en disfrute y felicidad que sin duda tanto él/ella como su pareja se merecen.


Artículo publicado por: CRISTINAHEINZMANN el 2008/05/17

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