LA AMARGA HISTORIA DEL AZUCAR

Por Alvaro Peredo, en 21 de Julio de 2008


El producto era en sí tan importante que en una carta enviada en 1306 al Papa Clemente V, se le sugiere seguir una estrategia en la que se utilice al azúcar para vencer a los árabes durante las Cruzadas.


Con el descubrimiento de América se da inicio a la moderna historia del azúcar, una historia tristemente amarga para un producto que ha formado una parte fundamental de la vida de los seres humanos pero que con todo esconde una realidad en la que imperios y Estados se han enzarzado en una carrera vertiginosa por obtener un acceso privilegiado y continuo a este.


La humanidad conoce el azúcar de caña desde hace más de dos mil quinientos años pero su gran popularidad se debe a la expansión que adquirió su cultivo a partir del siglo XVI. El azúcar fue antes de extenderse y popularizarse, un producto enormemente apreciado y que frecuentemente se vendía a un precio cercano al del oro, no en los mercados, si no en las boticas.


William Dufty, escritor y nutricionista americano sostenía que no ha existido otro producto que haya influenciado tan profundamente la historia del occidente como el azúcar. Expone en su libro “Sugar Blues” como aparece el azúcar refinado en los mercados internacionales y las consecuencias que este hecho acarreó.


El producto era en sí tan importante que en una carta enviada en 1306 al Papa Clemente V, se le sugiere seguir una estrategia en la que se utilice al azúcar para vencer a los árabes durante las Cruzadas. “En el país del sultán el azúcar crece en grandes cantidades y de éste los sultanes obtienen grandes ingresos e impuestos. Si los cristianos pudiesen hacerse con esas tierras, se haría mucho daño al sultán y al mismo tiempo el Cristianismo estaría totalmente abastecido desde Chipre“.


Los primeros datos que se tienen sobre el empleo de esclavos para el cultivo de azúcar, datan de mediados del siglo XV. Los portugueses ya los empleaban por entonces, con la autorización del Papa en las islas Madeira.


Tras la llegada de Colón y el establecimiento de grandes asentamientos permanentes, surgen las plantaciones y las haciendas que comenzaran tras un tiempo de prueba, el cultivo masivo de la planta utilizando para ello millones de seres humanos esclavizados. Primero se utilizaran indígenas de la región y luego tras no soportar estos las duras condiciones, se comenzara a importar mano de obra esclava del continente africano. Uno de los destinos preferentes para los esclavos africanos eran las plantaciones de azúcar pero también las de tabaco, algodón, cacao así como las minas de oro y plata. Con el tiempo los propios esclavos también se cambiaran por azúcar y otros productos.


Los esclavos inventaron el ron a partir del jugo fermentado de la caña de azúcar en crudo y los británicos no tardaron mucho en comenzar a comercializar este para obtener más esclavos que introducir en su principal colonia azucarera, Jamaica. El ron será también será utilizado para comerciar con los indios norteamericanos que recibirán grandes cantidades de esta bebida a cambio de preciadas pieles que se venderán mas tarde en Europa a precio de oro.


El historiador británico Noel Deer, comento que no exageraba cuando calculó que se comerciaron 20 millones de africanos y dos terceras partes de ellos se pagaron con el preciado producto. Carlos V construyó lujosísimos palacios a mediados del siglo XVI gracias a los impuestos del comercio del azúcar.


Para mediados del siglo XVII el comercio de azúcar y ron se volvió tan sumamente rentable que los ingleses se prepararon para una eventual guerra que mantuviera este producto bajo su control. El azúcar era tan apreciado en Europa que las plantaciones se hicieron muy famosas en su tiempo y aún hoy continuando siendo uno de los pilares fundamentales de muchas de las economías de América así como de muchas islas del Caribe. En esta última región se desarrollaron economías enteras que giraban en torno al comercio del azúcar y ya a mediados del siglo XVIII las plantaciones de azúcar se extendían por casi todas las islas de la zona.


La importancia del azúcar para los europeos queda de manifiesto por la existencia ya en el siglo XVIII, de 1500 plantaciones en tan sólo tres islas caribeñas, como eran la francesa de Santo Domingo con 599 de estas, la británica Jamaica con 648 y la Cuba española con 100 plantaciones.


A partir de mediados del siglo XVIII, cuando Francia se encontraba a la vanguardia del comercio del azúcar comienzan a surgir las primeras voces críticas. El filósofo Claude Adrien Helvetius escribió, “No llega un tonel de azúcar a Francia sin manchas de sangre. Ante la miseria de estos esclavos, toda persona con sentimientos debería renunciar a estas mercancías y rehusar al placer que proporciona algo que sólo se puede comprar con las lágrimas y muertes de criaturas desgraciadas“.


El fin del uso de esclavos para la producción de azúcar dio paso al desarrollo industrializado de este. Esta lenta reconversión no terminaría de hacerse efectiva completamente, hasta que aproximadamente entre los años 1860 y 1886 queda abolida la esclavitud “oficial” en el área del Caribe.



Anteriormente, en 1812, Benjamin Delessert desarrollo la forma de procesar la remolacha para convertirla en azúcar, recibiendo por ello la Legión de Honor de manos de Napoleón que ordenará entonces la creación de plantaciones de remolachas azucareras por toda Francia. Un año después, la producción de azúcar de remolacha en Francia alcanzará los 4 millones de kilos. Y así los franceses son los primeros que comienzan a prescindir de los esclavos y de forma interesada comienzan a promover la abolición de la esclavitud.



Los británicos a través de la British East Indian Company (Compañía de las Indias orientales)que había comenzado a comerciar con opio de la India hacia China, utilizará eslóganes de propaganda en sus toneles que decían, “Azúcar de las Indias Orientales no cultivado por esclavos”. La esclavitud queda abolida “oficialmente” en las colonias británicas, no así en la “Tierra de las oportunidades”.



Estados Unidos entrará atropelladamente en el negocio gracias a la máquina de vapor de James Watt. Esta unida al método de Louis Figuier para hacer carbón con hueso animal y al descubrimiento de la olla a presión de Howard, conducirán finalmente, a la producción industrial del azúcar blanco refinado, que es el utilizado actualmente.



Desde la Guerra Civil, los estadounidenses se impusieron a las demás naciones en el comercio del azúcar, consumiendo una quinta parte de la producción mundial de este. William Dufty, igualmente apunta, que con la prohibición del alcohol en 1920 en EEUU, la cantidad de azúcar consumida se duplicó.



Gracias a las nuevas técnicas de refinamiento, el negocio se expandió y creció más rápido que nunca dando comienzo a una gran lucha entre los dos tipos de azúcares, el de caña y el de remolacha. Desde entonces ambos serían subvencionados según los intereses políticos o económicos del momento, una actividad que aún hoy continua dándose.



FUENTES GRAFICAS: WikiCommons

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